viernes, 20 de mayo de 2011

Las últimas palabras [Humano - Filoaojador]

Me introduzco: yo soy Razzelic Vedorann Avallari Drathir, un joven de 15 años, solo en el mundo. La furia consumió mi alma, la decepción ensalzó mi vida y la venganza guía mi camino hacia el futuro.

Mi padre, Razzavio Avallari, era un destacado mago túnica blanca de Alta hechicería. Él residía en Solanthus por razones diplomáticas y cada tanto era parte de operaciones caritativas de los caballeros de Solamnia.

Un día es llamado a socorrer a un poblado llamado Hamilton que estaba siendo atacado por una mesnada de ogros. Las fuerzas locales, si bien superiores en número, se habían visto obligadas a replegarse hacia el baluarte de la familia noble local. Un desesperado pedido de ayuda llego a los caballeros. Las autoridades formaron una pequeña diligencia conformada por guardias y cabos, también pidieron ayuda a todos los valerosos que sean capaces de combatir de unirse a la partida para salvar al pequeño poblado. Mi padre que se encontraba entre esos valerosos.

Llegaron a Hamilton y la batalla comenzó, magia y acero se unieron aquel dia en la fervorosa batalla para poder liberar al poblado del azote de los ogros. Aquel fue el dia en que mis padres se conocieron, mi madre, una Caballera de La Espada y mi padre, un Túnica Blanca. Ambos seres de gran de poder. Mi padre me dijo que quedó maravillado por la belleza de mi madre, y esta dijo que estaba encantada por la valentía y atónita por el poder de aquel humano.

Pasaron los años y la pareja no se separo jamás. Su reputación era conocida en toda la región como los paladines de Hamilton. No existía el mal en aquella ciudad. Con el tiempo llegué al mundo y me crié en medio de lujos. A temprana edad mi recibí entrenamiento militar de parte de mi madre durante el día. Durante las noches largas horas de estudio de las artes arcanas con mi padre. Uno quería que fuera un caballero el otro un hechicero.

Hasta que una tarde mi madre viajo al campo y volvió. Mi padre decidió buscarla y marcho junto a unos soldados. Al día siguiente solo los soldados regresaron y con ellos una carreta con un cuerpo envuelto en una sabana blanca. Era mi madre. Estalle en llanto, impotente, frágil, solo. Mi padre regreso varias semanas después, envuelto en una túnica negra y traía con él varios libros y pergaminos.

No lo pude ver desde su regreso, ya que él se encerró en su cámara y no salió durante meses. Durante las noches había peones que desaparecían. Los rumores eran variados, pero nada a ciencia cierta. Un día a la madrugada llega un Caballero de la Rosa a rendir ofrendas a la tumba de mi madre. Mi padre salió de sus aposentos para recibirlo y mientras el caballero estaba rindiendo tributo, mi padre aprovechó la oportunidad para tomarlo prisionero. Lo encerró en un globo mágico y se lo llevó a las catacumbas de la estancia.

Pasó una semana y una diligencia de 20 caballeros llegaron al pueblo y consecutivamente a las tierras de mi familia. Buscaban a mi padre. Libraron una feroz batalla contra él dentro de sus aposentos. Mi padre logró expulsarlos hasta el patio de la estancia. Paralizado por el temor podía ver como todo sucedia desde la ventana de mi recamara. Mi padre luchando frente a frente contra los Caballeros, y junto a él cadáver de mi madre, vistiendo su armadura y portando su espada. Lado a lado como en los viejos tiempos. Finalmente el más anciano de todos ser acerco y de un solo golpe de su mazo derribó a mi padre dejándolo inconsciente. Yo salí corriendo y me escondí en los establos.

Escuche que sus planes era encontrarme, que no me podían dejar huérfano. Yo no quería ir con esos hombres bajo ningún punto de vista. Maté a un niño muy parecido a mí, cuando los caballeros se distrajeron, y lo deje al lado de la casa. Tomé una antigua espada que mi madre guardaba en el ático junto con unos pergaminos de mi padre y me dirigí al este por la costa hasta llegar a un bosque. Allí pase todo un año, perfeccionando mi habilidad con la espada y la magia jurando vengarme de los caballeros de Solamnia y de quien mato a mi madre. Consumido por el odio, y las atrocidades que vi desde pequeño, luche para sobrevivir.

Mis viajes me llevaron a Cincel, una ciudad costera. Allí me uní a un grupo de aventureros los cuales parecían aceptarme. Y después de todo porque no hacerlo. Nuestra primera aventura juntos no fue más que una masacre y no me fue tan bien. Viajamos juntos hasta Puerto de Escala escapando de nuestros contratadores a quienes habíamos timado.

Hoy me encuentro a horas de ser juzgado por una violación que cometí días atrás. Al menos sé que mi historia será leída por alguien. Solo espero no morir.

Texto original: Nicolás Andrés Scaltritti.

Revisión y edición: Pablo Fernando Pacheco.

1 comentario:

Gopal Doyle dijo...

Hay unos cuantos errores gramaticales y de redacción, muchos de ellos dificultan la comprensión de la historia a los que no la conocían. ¡y es inperdonable que hayas puesto "Caballera"! La historia está buena, aunque le falta pulir unos detalles y profundizarla un poco. Sigan así!!! Tenemos que hacer muchos relatos de lo que vivimos en nuestro mundo de fantasía, desde diferentes puntos de vista. Así se va a armar algo grande!!!