lunes, 27 de junio de 2011

Una banda roja que cruza mi alma

Desazón, tristeza, amargura, bronca, y me siguen faltando adjetivos. Con la garganta roja de tanto gritar un gol que nunca fue y con una ilusión rota. Una tarde gris en un invierno que castiga duramente.

Dos partidos fueron suficientes quebrantar esa banda roja que cruza el alma de la mitad de los argentinos. No hay explicaciones, no hay excusas, ya no hay milagros, y ya no hay una chance más.

Hoy River juega en la segunda división del futbol argentino. Una realidad que se manifiesta a lo largo más de diez años de malas gestiones. Buscamos culpables y todos queremos ser verdugos y jueces de aquel asesino del más grande del futbol argentino. Pero hoy no es el más grande hoy es uno más.

Pero acá estoy en el día más triste de mi fanatismo deportivo, imaginando volverte a verte ahí en primera, pero viéndote ahora ahí en la B.

En las buenas tengo aguante y en las malas aun más porque esta banda roja que cruza mi alma no se borra, no se vende, porque es pasión y ésta pasión no se compara con nada.