Por un momento imagínate que estás en tu casa al frente del televisor y de
repente una película termina aparecen los créditos, o apagas el televisor, o
cambias de canal. Cuando algo termina, no pasa nada. Es sólo el final. Nada
más, nada menos. ¿Un nuevo comienzo? ¿Quién sabe? Al final, no hay más que la
pantalla en negro, unas letras en blanco que te nombran el reparto, lentamente
se encienden las luces de la sala, la gente se empieza a levantar y se va. Unos
opinan de la película, otros piensan que van a hacer luego, otros no hablan
sólo se van. Así son los finales en la vida, como cuando termina una película
en el cine.