Cuando la realidad te es adversa y te moja la oreja diciéndote
“¿a ver que tenes para decir?” ahí es cuando tenes que ser valiente. Porque el
valeroso no es aquel que no tiene miedo, sino es aquel que conociendo el
peligro de lo que conlleva su accionar de igual modo hace lo que tiene que
hacer. En cambio el cobarde se retuerce en sí mismo y se queda congelado por su
propio miedo. ¡Ojo! Tampoco es valiente el que va en moto, sin casco por una
autopista en medio de la neblina a 120 diciendo “no tengo miedo”. Ese, ese es
un boludo.
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