El Ser de un Jugador de Rol

Durante mucho tiempo, hubo un grupo de jóvenes quienes apasionadamente se juntaban cada sábado a la misma hora y en el mismo lugar, a jugar un juego de mesa. Ellos no iban al boliche o a tomar algo con amigos en una esquina, un bar o algún lado, era esa su pasión el reunirse cada semana ahí con amigos. No era el futbol, no era la música, no eran las minas, su pasión estaba en unos cuantos dados, y una hoja de papel. Estos objetos significaban más que cualquier cosa en sus vidas, eran casi sagrados. Objetos intocables por otros seres, si alguien osaba rayar, romper o salpicar algo de eso, era un acto profano, casi tan blasfemo como escupir a un santo.

Recorriendo viejos lugares, viendo unas cuantas cosas que tengo guardadas, me acorde de muchos jugadores, de muchos amigos, otros no tanto pero no importa, de muchos momentos en que la pase muy bien, de grandes hazañas hechas por algunos o de grandes fracasos. De pronto en mi mente vino la imagen de aquellos con los que juego, de aquellos que tal vez nunca vuelva a jugar, vi imágenes fugaces de mis amigos.

Fue entonces que vi que algunos de ellos todavía miran a esas antiguas hojas, todas rayadas, con manchas de escrituras sobre escrituras, como a ese pequeño pesado de alma que marco una etapa en sus vidas.

Pues, claro está que cada personaje tiene su propio tiente, su propia personalidad, su propia porción de ser del jugador. Si bien muchos jugadores generalmente interpretan personajes parecidos o con tintes similares de personalidad que terminan quitándole diversidad al juego. Pero esa, no es la cuestión a discutir.

Lo importante es remarcar, el proceso en el que el jugador se convierte en personaje, en esos segundos antes de comenzar, como la imaginación traspasa la mente y el papel, para imbuirse en lo más profundo del propio ser.

Es así que uno pasa de ser un simple muchacho adolecente a ser el más valeroso caballero, un traicionero hechicero, un poderoso mago, un intrépido bandido, un benévolo clérigo, así de esa forma esos pocos tomaron con el alma aquel juego y se lo guardaron, como el tesoro más preciado, dentro de sus corazones. Esos pocos de los muchos, como yo les digo, son Jugadores de Rol.

Y por ellos es que este juego es tan grandioso, por esa multiplicidad de personalidades que cada ser entinta y todos ellos crean la majestuosidad del arte de Jugar Rol. Dentro de la gigantesca cantidad de personajes que vi, que interprete y que dirigí siempre estuvieron los que tiene potencial, los boludos de siempre, los yo sé todo, o los hagamos otra cosa. Pero a todos ellos, que juegan, que dejaron de jugar, o que no se si siguen jugando, simplemente gracias por compartir esos momentos conmigo.